MITO: EL CABALLO CANSADO

MITO: EL CABALLO CANSADO
A 15 km Norte de Juli.

En la Carretera de Puno a Juli, hay el interesante lugar llamado " El Bebedero del Inca", situado a poca distancia del camino. Se trata de colinas rocosas, en que la naturaleza ha jugado con el buen humor que a veces derrocha sin medida y que el hombre ha aprovechado para darle su parte, concluyendo con asientos, pozas, descansos, salas, etc, etc. Y alrededor la fantasía ha tejido sus más llamativos lienzos poniéndole colorido y armonía, aun cuando la consistencia se mantenga graciosa y apreciable distancia de la realidad y de la verdad. En serio, no nos importan mucho esos atributos de verdad y solidez, a quienes no tenemos la grave y tremenda responsabilidad de formar la Historia de la Humanidad, con pruebas sólidas y terribles, capaces de matar toda Leyenda o toda dulce mentira mítica, con el garrotazo de la prueba científica o documental.

Pasaba el Inca, y su cortejo Imperial revolvía la región de bullicio y de afán. Las andas áreas reflejaban sobre el lago sagrado la luz amoroso del padre, el Sol….se detenía junto a la poza tallada en roca descansaba breves horas, para recibir el homenaje de sus súbditos amados. Y en días de calor y de polvadera, se bañaba el Inca en aguas entibiadas por los rayos solares y perfumadas por las vestales de su séquito Imperial.
Ha pasado el tiempo, y con él, la dinastía de los Incas. Pero el pozo tallado en roca de una sola pieza, permanece aún allí; se llena aún de agua cuando el cielo desata sus cataratas; y los peregrinos pueden señalarlo aún con el dedo de la Leyenda y de la Tradición y devorarlo con los ojos de la curiosidad.

A pequeña distancia está el caballo cansado. En una colina próxima a la carretera se ve con claridad su silueta, que es monumental. Ha caído el caballo sobre el vientre, y pugna por levantarse; apoya fuertemente el hocico sobre las rocas que tiene delante, y es visible el esfuerzo en las patas traseras. La carga que descansa sobre sus lomos es pequeña y las sogas que la aseguran, se destacan sobre los rocas.

Se sabe que los primeros caballos de la tierra estuvieron en América, y este debe ser uno de ellos; sólo que se convirtió en piedra en gigantesca roca.

Le pregunté a un Ilataca y me respondió: "Al principio era la noche junto al lago, los seres vivos andaban a tientas. Salió resplandeciente el Sol, por primera vez, y muchos e petrificaron de espanto. Ese caballo, entre ellos. Y así permanecerá hasta que sea el tiempo de que el Sol, vuelva a esconderse en las eternas sombras del Universo".

Dios Santo!, es preferible que ese pétreo bruto, no se levante nunca, y que su esfuerzo se mantenga siempre

en ese instante que parece inmortal; antes que el abuelo, resplandeciente y bueno, pueda abandonarnos alguna vez!...

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